Esta insular población de pescadores es en verdad un caso insólito del internacional destino de playa que ahora nos ocupa.

Se trata de un lugar con todas las características de una población rural de la costa… ¡Tan sólo a unos cuantos metros de la ciudad y puerto de Mazatlán, a diez minutos en lancha!

En las playas y pueblo de la Isla de la Piedra – en realidad una península - los mazatlecos de todas las épocas se han olvidado del estrés y se dedican a disfrutar de la excelente comida del mar en las palapas, de las deliciosas bebidas tropicales y de las frescas y cristalinas aguas en una franja de arenas blancas que se pierden en la inmensidad de lontananza rumbo al sur.

En Semana Santa y en el verano los paseantes también pueden disfrutar de la alegría de los grupos musicales, así como de las emocionantes incursiones en las bananas y del más sabroso y fresco pescado zarandeado del planeta.